¿Transformación digital? Primero ocúpate de la transformación organizacional

Cuando buscamos optimizar la eficiencia de nuestra empresa un error común es creer que el proceso a seguir es transformar lo que ya hacíamos y digitalizarlo. Pero esto dista mucho de ser el verdadero camino hacia la transformación digital. Como ya hemos mencionado en posts anteriores, el primer paso de toda transformación digital es analizar y replantear nuestro sistema actual, simplificar y optimizar nuestros procesos. Es lo que en la metodología Lean llamamos “Waste”.

Según un estudio del 2020 realizado por Gartner, el 90% de las transformaciones digitales fallarán si no se aborda correctamente la base cultural de la organización. La transformación digital va de la mano de un cambio cultural a nivel empresarial, aprovechar este proceso para cuestionarlo todo es la forma más eficiente de aprovechar nuestros esfuerzos. Preguntémonos ¿Hay algo que hagamos hoy que no deberíamos estar haciendo? Y ¿Qué deberíamos estar haciendo que no hacemos? No se trata solo de pensar en qué podemos hacer mejor, se trata de poner el foco en el cliente para averiguar qué prácticas hay que abandonar y cuáles hay que incorporar. Una buena transformación digital debe ir de la mano de esta transformación organizativa.

Transformación digital y cultura organizacional

Como ya hemos mencionado en repetidas ocasiones la transformación digital va de la mano de un cambio de cultura organizacional. Si nuestros trabajadores y clientes no son favorables a la innovación tecnológica la transformación digital nunca se asentará. Son las personas las que están en el centro de la transformación digital y sin ellas no hay inversión económica que pueda producir el cambio que necesitamos.

Barreras en la digitalización de la cultura organizacional

Son muchas las barreras que podemos encontrar a la hora de realizar una transformación digital, y la mayoría de ellas vienen de una cultura organizacional que aún no ha puesto en marcha su propia transformación. Podemos resumir en 6 las principales causas:

1. Poco compromiso con la estrategia.
2. Ausencia de visión y liderazgo.
3. Falta de competencias digitales.
4. Comunicación poco eficiente.
5. Ausencia de ambientes colaborativos.
6. Miedo al cambio.

Adaptar la cultura corporativa a la transformación digital

El primer paso para adaptar la cultura corporativa a la transformación digital pasa por los miembros de la compañía. Es fundamental que los directivos y los empleados adquieran competencias digitales que los ayuden a afrontar este proceso. Este implementación se debe realizar en tres niveles diferentes:

Dirección

No se trata solo de decidir dar el paso hacia la transformación digital, los directivos y jefes de departamento deben creer en la misma de forma que puedan transmitir los objetivos y dar ejemplo. Además es necesario que se abra un canal de comunicación dinámico que permita que se realicen los cambios necesarios en los procesos internos de la empresa para que la transformación organizacional preceda y acompañe a la digitalización.

Equipos

Hay que asegurarse de que los equipos dispongan de las herramientas que les permitan agilizar su trabajo y que sus necesidades sean cubiertas. Una correcta aplicación del primer paso permitirá que se realice un exhaustivo análisis de cada departamento y que la comunicación interdepartamental sea fluida. De esta manera, se logrará descifrar los puntos clave del negocio y de la digitalización.

Entorno

Las personas son el activo más valioso de todas las empresas, razón por la cual son la base de todo proceso. Una buena comunicación entre la plantilla permite que las dudas y miedos queden resueltos dando paso a la necesaria nueva mentalidad. Pero esta transformación organizativa no puede producirse como hecho aislado del cambio de paradigma sino que debemos asentar las bases para que el diálogo continúe abierto y podamos continuar creciendo y optimizando nuestros procesos. Por esto es imprescindible que se creen espacios más dinámicos que garanticen la mejora del bienestar y el rendimiento. Por ejemplo, se pueden habilitar zonas colaborativas, que ayudan a mejorar el trabajo de los departamentos.